viernes, enero 21, 2005

Closer (Llevados por el deseo)

En la secuencia inicial de Llevados por el deseo, Dos personas, un hombre y una mujer bastante jóvenes, se reconocen mutuamente entre la multitud. Se reconocen a través de esa poderosa química que suele darse entre dos extraños. Esa mirada que parece decir “te esperaba toda la vida, y ahora que te veo entre la gente, sé que has llegado para quedarte” Ambos se van acercando y mientras lo hacen, van identificándose el uno al otro a tal grado que cuando el encuentro es inminente tal parece que se trata de dos viejos amigos o novios de toda la vida, y su mirada ahora es de complicidad. La cámara los toma ahora en lo que se conoce como Big Close Up, es decir tomas muy cerradas al rostro del actor, y uno puede adentrarse, a través de la mirada, a lo que ambos personajes están pensando. Cuando están punto de encontrarse, una crucero los divide. Ella se dispone a cruzar y no ve un auto que se acerca a toda velocidad a su derecha, El auto la arrolla, y él corre en su auxilio. Al llegar a su lado, ella se voltea y entre la sangre que le emana de la frente con cierta sensualidad le dice “Hola Extraño”.
A partir de entonces, el director Mike Nichols, inicia un recorrido a través de la intimidad de 4 vidas unidas por la casualidad y por el amor, el sexo, el deseo y la traición. Nichols ha realizado un filme de corte intimista, quizá el más íntimo de los últimos años, al grado de que el título de la cinta en inglés “Closer”, cuya traducción sería Muy Cerca, resulta sumamente apropiado para describir lo que sucede en esta historia que derrama una aterrorizante humanidad por cada uno de sus cuadros. Nichols literalmente nos lleva hacía el interior de cuatro vidas cuya razón de ser se centra en esa búsqueda constante por compañía y por amor por la que pasan todos los seres humanos, y que nos lleva a confundir muchas veces lo meramente sexual y físico por un amor de dimensiones casi desproporcionadas.
Llevados por El deseo, presenta a cuatro de los actores más cotizados del momento: Julia Roberts, Clive Owen, Natalie Portman y Jude Law. Nichols Los despoja de cualquier glamour y los mete en personajes profundamente complicados, patéticos y desesperados. Es una película que por sobre todo, privilegia el trabajo actoral por sobre cualquier otra cosa. 4 actores que se encuentran en un mismo nivel histriónico y que son llevados por la mano experta de Nichols a través de un abismo de pasiones, traición y redención. Su fragmentada Narrativa, resulta en situaciones lacerantes y dolorosas y uno termina sintiendo una empatía natural por alguno de los personajes. Law, es un frustrado e inseguro novelista que termina escribiendo obituarios. Julia Roberts, En el que quizá sea el mejor papel de su carrera, es una insegura y temerosa fotógrafa y con una incapacidad natural para permanecer sola. Natalie Portman luce sensual y maravillosa como una Stripper con poca capacidad para permanecer independiente, pero calculadora y conocedora del poder su cuerpo. Y por último Clive Owen como un manipulador dermatólogo cuya interpretación tiene matices de alto nivel histriónico. La película tiene diálogos extraordinarios y escritos por la pluma del dramaturgo inglés Patrick Marber, que ha escrito escenas cuya honestidad y capacidad descriptiva, sobre todo en los diálogos referidos a cuestiones de índole sexual, termina por resultar apabullante para los personajes y para el espectador mismo.
La puesta en escena es cuidada hasta el más mínimo detalle y Nichols coloca la cámara como una especie de espectador vouyerista, decidido, incluso con cierta dosis de morbo, a penetrar en la profunda vida de cuatro extraños, para darse cuenta que al final las situaciones por ellos representadas son las de cualquier pareja moderna de nuestro tiempo. Llevados por el deseo es una película hiriente y que exhibe los lados oscuros del ser humano. Tal vez por eso, sea una propuesta que realmente vale la pena ver.

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