martes, junio 21, 2005

De un Elefante Armado...

Hello Seven Readers:
El 20 de Abril de 1999 caminaba por las instalaciones del Nashville Convention Center en donde me encontraba tomando un curso de edición y producción de videocplis. Me llamó la atención el hecho de que varias personas se congregaban alrededor de las televisiones instaladas en la cafetería del lugar. Todos tenían una expresión de incredulidad en el rostro. Algunas personas formaron circulos de oración y en general un ambiente de profunda tristeza y desesperación se extendía con rapidez por el lugar. Leería en la prensa al día siguiente, que esa misma sensación fue común en toda la Unión Americana.
Ese día a las 11:21 de la mañana, Eric Harris y Dylan Klebold entraron por los pasillos de la preparatoria Columbine, ubicada en condado de Jefferson en Colorado, asesinando a 12 estudiantes y a un maestro, para luego suicidarse. Habían cometido la mayor masacre escolar en la historia de los Estados Unidos. Pudo haber sido peor: dos bombas colocadas por ambos adolescentes al interior de la cafetería de la preparatoria, en la que en ese momento se encontraban unos 900 estudiantes, jamás estallaron. Aún así, Harris y Klebold, bañaron en sangre a una comunidad tradicional norteamericana, supuestamente alejada de los actos violentos que ocurren con cierta frecuencia en las grandes ciudades.
Harris y Klebold eran dos adolescentes normales hasta cierto punto. Tenían novias y un reducido círculo de amigos. No eran de los chicos más populares de la escuela, pero aún así tampoco vivían completamente aislados de la comunidad estudiantil. ¿Por qué cometieron un acto de extrema violencia? Aún las respuestas no son del todo claras. Lo cierto es que ese día se perdieron 15 vidas (incluyendo las de los dos asesinos) sin que hasta ahora se conozcan los motivos reales que causaron esta tragedia.
El Elefante...

En el año 2003, el director Gus Van Sant retomó la masacre en Columbine, para hacer una película que lo llevaría a ganar la Palma de Oro en el festival de Cannes: Elefante. Ayer finalmente pude verla y debo decirles que se trata de un trabajo con serios altibajos, pero que cumple con el objetivo de llevar a la reflexión al espectador sobre los motivos o las causas por las que puede darse una tragedia de esta naturaleza.
Van Sant tiene de entrada dos grandes aciertos: por un lado filma su trabajo con adolescentes que no eran en ese momento actores profesionales. Y por otra parte, recurre a la improvisación en casi toda la película. Estos dos hechos redudan en un filme cuya sensación de cotidianidad convierte al desenlace en algo atroz, algo que puede pasar en cualquier momento y en cualquier lugar. Tal vez ahí esté el gran acierto de Van Sant: retrata con escalofriante normalidad el hecho de que dos adolescentes puedan obtener armas automáticas por mensajería; el que se armen hasta los dientes y caminen como en un video juego por su preparatoria, mientras suman puntos eliminando a cuanto estudiante se les cruce en el camino.
Van Sant se pone la cámara al hombro y sigue, en larguísmos planos secuencia, a los protagonistas de su filme. Su intención es la mostrar las actividades diarias de los estudiantes de la escuela preparatoria. Conocemos sus relaciones y sus problemas. Conocemos a los atletas, a los chicos modelo. Conocemos a la chica nerd, despreciada y desadaptada; al aspirante a fotográfo; al chico que a pesar de su padre alcohólico se esfuerza por llevar una vida normal; a las bulímicas; y al adolescente de color que con naturalidad va salvando a sus compañeros para luego caer víctima de las balas.
Con una narrativa fragmentada, Elefante va uniendo poco a poco las piezas del rompecabezas que, al completarse, conforma a una mañana mortal. Mientras la película avanza, la sensación de tragedia se hace cada vez más presente. Van sant aprovecha la produndidad de campo visual, para crear un efecto de sentido terrorífico (muy a la manera como Kubrick la utilizo en el Resplandor) Los largos y aparentemente interminables pasillos de la escuela son un laberinto sin salida y se concluye que será complicado salir de ahí al momento de comenzar la masacre.
A Elefante puede reprochársele que nunca logra crear lazos emocionales entre el espectador y los personajes a los que retrata. No se da el tiempo para ello (la película dura solamente 81 minutos) y existe demasiada frialdad al retratar a los adolescentes protagonistas de la tragedia. Pero finalmente ese es un acierto, pues su objetivo es generalizar al mostrar a adolescentes promedio y evitar construir personajes que se sobresalgan por sobre la situación presentada.
Elefante es pues una película cuyas lecturas pueden variar dependiendo de cada espectador. Pero hay una que me parece resulta sobresaliente: masacres como la de Columbine pueden aún suceder si no se toman las medidas para evitarlas. Existe un grado de paranoia creciente entre los adolescentes promedio, quienes están llevando sus problemas a resoluciones completamente fuera de control que terminan incluso con sus propias vidas.
Película que resulta en un documento imprescindible en estos violentos días en los que nos ha tocado caminar por este planeta.
Un café mientras pensamos....salud para todos..estimados Seven readers....

2 comentarios:

Alfredo Mora dijo...

Ya vi Elefante. Y si, como tú, considero que tiene ese "algo" que no termina de convencer, quizá una especie de lazo que permita al espectador internarse aún más alla y dejar de ser solo un jugador de videojuego que conoce muy bien el posible desenlace de la peli.
y vaya que tu opinión se acerca mucho a la de Carmen Aristegui ayer en "primer plano".
Sin duda, los comunicados de Marcos son demoledores, me encanta imaginar que pasan por una gran cantidad de manos, analistas y redactores.
Saludos

David Moreno dijo...

Chopas: A mi me gustó mucho Bowling for Columbine. Considero que es más que un buen documental. Es todo un documento de la paranoia colectiva de una sociedad que vive bajo el terror y el miedo constante. Ve Elefante, es otra perspectiva del fenómeno (yo la conseguí en Blockbuster. Estaba olvidada en un rincón)

Alfredo:
Si, Marcos es demoledor. Pienso los mismo que tu: todo mundo tiene que comentarlos. Aunque a veces, asume sin probar, siempre es interesante leerle. (Para mayor info sobre estos comments ir al muy buen blog de Alfredo Mora que se encuentra linkeado en esta página)
Saludos Cordiales...