miércoles, junio 07, 2006

Del debate...

Seven Readers!


Esta mañana venía escuchando a The Who con la extraordinaria We won’t get fooled again. Hagan a un lado el hecho de que he cantado a todo pulmón, la letra me tocado profundamente. Dice más o menos así en una de sus partes:

The change, it had to come
We knew it all along
We were liberated from the fold, that's all
And the world looks just the same
And history ain't changed
'Cause the banners, they all flown in the last war

I'll tip my hat to the new constitution
Take a bow for the new revolution
Smile and grin at the change all around
Pick up my guitar and play
Just like yesterday
Then I'll get on my knees and pray
We won't get fooled again
No, no!


Una letra gran letra. Apliquémosla a México “El cambio llegó, lo sabíamos todos…pero el mundo sigue igual, la historia no cambió...no nos verán la cara de nuevo…no, no! Dice en algunas líneas el gran tema de los británicos. Al escucharla, no podía dejar de preguntarme: ¿En México, nos verán la cara de nuevo? Después del debate de ayer, no tengo una respuesta clara. No la tengo por que es muy posible que existan ciudadanos que fueron seducidos por el discurso de Felipe Calderón. Un discurso que sigue apostándole a uno de los paradigmas fundamentales de la derecha: la creación del miedo y la solución de los problemas a través de la mano firme, dura, intransigente, intolerante y con nula visión social. Este tipo de discurso, por supuesto que puede encontrar eco en un país en el que la inseguridad es uno de los grandes problemas nacionales. Pero se trata de un discurso que presenta paliativos antes de presentar soluciones a los problemas de fondo, y que en ello, guarda una enorme similitud con lo presentado por Vicente Fox hace seis años y que hoy ha demostrado haber sido un discurso hueco y sin un rumbo definido.
Lo de ayer dejó algo muy claro. Existen en México dos proyectos: uno de derecha y otro de izquierda (con todos los peros ideológicos que se le puedan poner a la izquierda de la Alianza por el Bien de Todos) y entre ambos tendremos que decidir el 2 de julio. No hay más. Ayer quedo claro que son las únicas alternativas con posibilidades reales de ganar la elección. Los demás quedaron rebajados; unos a buenos deseos, otros a ahogarse en un pasado lleno de corrupción y mentiras; y unos más a llegar a la recta final de la campaña, cobrar las prerrogativas e irse a la banca mientras surge la posibilidad de crear un nuevo partido con los maestros del país y entonces poder seguir viviendo del erario público.
Sería aventurado afirmar que ayer hubo un vencedor absoluto. Hoy aparecen encuestas que dan a Calderón o López Obrador como ganador. Quien es militante de uno u otro proyecto, afirmará que ha vencido aquel al que apoya incondicionalmente. Lo mismo sucede con los medios que simpatizan con uno u otro candidato (ahí está los casos de Reforma y La Jornada, por citar dos polos diametralmente opuestos) Pero me parece que lo que si hay son perdedores claros.
Roberto Madrazo, perdió toda posibilidad de llegar a la presidencia de la República (como dato curioso, el Milenio Local afirma en su titular de primera plana, que Madrazo va rumbo a la Presidencia. Ignoro que debate habrán visto) la perdió por que nunca pudo remontar el gran problema que siempre acompañó a su candidatura: la falta de credibilidad entre la población. A Madrazo, decía con mucha razón el Sub Comandante Marcos, ni su familia le cree. Y es que ¿cómo creerle a un tipo que habla de que en los últimos años se cometieron 65 millones de delitos en el país sin mencionar cuántos de ellos cometidos en entidades gobernadas por priistas? ¿Cuántos de ellos cometidos por los propios ex gobernadores priistas (remember Montiel, Ken Peña Nieto)? Intentó recurrir a las estadísticas a falta de argumentos contundentes y fue rebatido fácilmente por Felipe Calderón cuando intentó atacarlo por haber copiado las propuestas de su libro. Ayer el PRI terminó con cualquier esperanza de llegar a la presidencia de la república. Tendrá que negociar con otros partidos para garantizar su supervivencia. Madrazo está pagando el precio de su autoritarismo. De su ceguera política y de su necedad por ser candidato a como diera lugar.
A Roberto Campa habría que solicitarle que nos devolviera el tiempo de vida que nos hizo perder ayer.
La que realmente decepcionó, fue Patricia Mercado. Nerviosa, empezó reconociendo que no tiene posibilidades de ganar la presidencia (dijo, palabras más palabras menos, que existen cuatro perdedores y se incluyó, sin proponérselo tal vez, entre ellos) y se fue haciendo cada vez más pequeñita mientras el debate avanzaba. Con una mala elección de su imagen personal, mantuvo las propuestas interesantes que rodean a su partido (respeto a la diversidad por sobre todo) pero demostró que eso no es suficiente para ser presidente del país. No tuvo ninguna propuesta cuando se le preguntó sobre temas trascendentes para como Reforma del Estado o Política Exterior. Demostró que tiene una plataforma incompleta, que para presentarse como una alternativa real, se necesita crear un proyecto ideológico que vaya más allá del tema de la diversidad. No perderá el registro, pero seguramente ayer perdió un buen porcentaje de votos, al reflejar que su estatura política aún no alcanza para llegar a ocupar un cargo tan importante como lo es la Presidencia de la República.
Felipe Calderón mostró el rostro de la derecha a la que representa. Un rostro que tiene como base un discurso: la legalidad cimentada en la mano dura. Levantaba la voz cada vez que podía y trató de responder a los pocos ataques que le dedicó Andrés Manuel López Obrador. Quiso ser contundente y nunca pudo desmarcarse, ni lo intentó, del fracaso que en términos generales ha representado la administración foxista. Sus propuestas reflejan la continuidad de un proyecto que ha demostrado estar caduco, viejo, pero que sin embargo puede encontrar eco en un electorado que no necesariamente está a favor de Calderón, sino en contra de López Obrador. Eso es lo que ha explotado a lo largo de su campaña, eso es lo que continuará explotando. Me preocupa su grado de cinismo ¿Cómo puede hablar de formar un gobierno de coalición y unidad, alguien que ha fomentado la división y el encono a través de su campaña mediática? Calderón miente y lo hace de manera descarada. Finalmente, Calderón mismo comete un grave error: ha convertido a AMLO en el gran protagonista de la campaña. Ayer lo hizo de nuevo. Seguramente continuará explotando el voto del miedo.
López Obrador tuvo propuestas muy concretas, interesantes y con las que difícilmente se puede estar en desacuerdo, pero no pudo responderle a Calderón cuando éste lo atacó en el punto que sigue siendo el más cuestionable de su campaña: la gente de la que se ha rodeado. Si, Arturo Nuñez era el coordinador de la bancada priista cuando se aprobó, en contubernio con el PAN que presidía el michoacano, y cómo él existen muchos personajes con un pasado político muy cuestionable junto a López Obrador. Sin embargo, yo destacaría algo importante que sucedió ayer producto del discurso de López Obrador: demostró que no representa ningún tipo de peligro para México. Que puede ser un presidente que gobierne de manera conjunta con las instituciones del país y que respete la legalidad que emana de las mismas. Ese fue su gran logro. ¿Le bastará para convencer a los indecisos? No lo sé. Eso lo veremos en los próximos días.
Lo cierto, es que el formato del Debate tiene que cambiar. Tiene que convertirse en algo atractivo para los mexicanos. El formato de anoche, fue contrario a esa televisión ágil y dinámica a la que estamos acostumbrados en este siglo XXI
La gran pregunta es: ¿Y ahora, nos verán la cara de nuevo? Eso depende de a quien decidamos darle nuestro voto. Por lo pronto, me parece que todas las cartas ya están sobre la mesa, y a nosotros nos toca decidir. Yo seguiré escuchando a The Who…durante el día. Pensando en su letra y creo que estoy cerca de encontrar la respuesta para tratar de que no me vean la cara durante otros 6 años. Ahora hay que pensar con mucha seriedad, que vamos a hacer con nuestro voto.

ZAZ largo post…demasiado tal vez…gracias por su paciencia, mis estimados Seven Readers…

Salud pues…

2 comentarios:

Sólo Soy Un Ojo dijo...

Curioso encontrar en tu post la misma postura de López Obrador: ¡existen dos proyectos de nación: uno de derecha y otro de izquierda”. Siendo sincera, yo encuentro un mismo proyecto de nación, explicado con otras palabras. Al final de cuentas, todos y cada uno de los mexicanos (con un poquito de ejercicio analítico) sabemos lo que México necesita, porque las dificultades son evidentes, el problema es que a la hora de aplicación no siempre resulta lo que se espera, dada la diversidad del campo social.
Yo tampoco creo que exista un ganador, Calderón es un buen retórico, con un manejo casi perfecto del discurso, de la imagen y hasta del ataque frontal (que por el formato del debate, casi no se permitió). López Obrador y Roberto Madrazo se quedaron con sus propuestas bonitas (por cierto López Obrador se ganó mi cariño con eso último de la felicidad) De Roberto Campa y Patricia Mercado, la verdad hubiera preferido ver al Dr Simi bailando y animando el debate que a ese par haciendo montón.
La única conclusión que tengo del debate es que ya sea de i izquierda, derecha o centro, la clase política en México es una y no respeta posturas.

Llevo tiempo tras algunos maestros haciéndoles una pregunta que hasta la fecha no me logran contestar, igual y tú me puedes responder
¿Las elecciones se ganan a través de los medios?.
Saludos.

David Moreno dijo...

Yep Crocuta, una gran pena...

Ros:
No solo es la postura de AMLO. Es la de practicamente todos los analistas políticos del país. Es también la postura de Calderón. Son dos proyectos diferentes y hay que decidirse por uno.
¿Las elecciones se ganan a través de los medios? ¿todavía tienes duda de ello? Claro que sí...

Saludos...