martes, julio 26, 2011

De Una Crítica a un Artículo Sobre El Paso Deprimido...

Seven Readers!!...

A casi tres semanas de los lamentables hechos ocurridos en torno a la ex-Glorieta de la Paz en la ciudad de Mérida, poco puede ya comentarse. Es claro que ahí hubo una agresión por parte de porros enviados con el claro objetivo de golpear a quienes se manifestaban pacíficamente para tratar de impedir la obra.
Sin embargo periodisticamente el tema se ha ido agotando. Como toda noticia, ésta tiene un tiempo limitado de vida y hoy lo periodístico es hablar de los temas que se han ido derivando de lo acontecido el pasado 4 de julio, como el papel de la Fiscalía General del Estado o la petición de Juicio Político que en contra de la alcaldesa Angélica Araujo se ha realizado esta mañana en la Oficialía de Partes del Congreso del Estado.
Sin embargo existen medios de comunicación que insisten en la presentación de testimonios sobre lo ocurrido en la Glorieta. Me temo que los más valiosos ya han sido presentados y ahora se recurre a practicamente cualquier declaración para tratar de mantener viva a la noticia. Un ejemplo es el editorial que apareció en el Diario de Yucatán el día de ayer, lunes 25 de julio. y que es firmado por la Señora Vanessa Zavala Peniche. Os lo presento a continuación, no puedo resistirme a la tentación de hacer algunas acotaciones. Enjoy:


Al levantarme cada mañana le doy una hojeada al Diario mientras desayuno, para luego salir hacia el trabajo. Esa mañana, del 4 de julio, fue gratamente diferente, ya que mi esposo me recordó que era nuestro aniversario de boda para luego invitarme a comer (Aquí dos cuestiones: 1- Ya la señora nos ha dicho que es casada. 2- Que su marido la iba a invitar a comer en su día de aniversario. Es evidente que ambos hechos tienen tremenda relevancia periodistica. Por cierto volveremos con el Esposo más adelante) Decidí no vestirme con el uniforme del colegio que dirijo, ya que de ahí iríamos a la comida. Escogí para la ocasión un vestido de franjas azul y blanco (De igual manera, note el lector lo relevante del acontecimiento: la elegancia con la que la señora iba a ir vestida, supongo que este artículo puede ya ser considerado al "relevante" Premio Estatal de Periodismo en la categoría de Artículo de Opinión).

Alrededor de las 2:30 del mediodía pasa mi esposo por mí, al subirme a la camioneta me entrega un ramo de flores de regalo y enseguida nos dirigimos hacia el restaurante Trotter's (Claro hay que apuntar que se va a uno de los restaurantes más caros de la ciudad, digo...hay niveles). Al llegar a Circuito Colonias frente a Chapur dos policías nos impiden el paso, mi esposo pregunta cómo puede llegar a su destino, a lo que le dan la explicación de la enorme vuelta que tiene que recorrer; yo pregunto cuál es el motivo de dicho cierre de la avenida y me responden que porque ya empezaron las obras del paso deprimido. Extrañada, exclamo "¡Cómo¡ si por la mañana leí en el Diario que tanto la alcaldesa como Raúl Ancona Riestra (dueño de la constructora de la obra) declararon que faltan como 15 días para ello, a lo que me contestan que en la madrugada habían empezado. Entonces, instintivamente, me dirijo a mi esposo pidiéndole que él vaya con la camioneta al restaurante y yo lo haría caminando (Hay que pedir permiso al marido, claro está).

Para el siguiente párrafo, por favor acompañe la lectura con la música de éste video:





(No podía dejar de darle el triste adiós a la glorieta de la Prolongación del Paseo Montejo, que tan buenos recuerdos desde mi infancia me traía, como cuando mi papá me llevaba con mis hermanos a dar vueltas alrededor de ella con el coche y sentía la brisa fresca del agua de la fuente sobre mi cara y brazos.

(O como cuando hacíamos lo que nos parecía una gran odisea de llegar hasta ella en bicicleta junto con varios amigos y amigas de la colonia, pues era el límite permitido por nuestros papás y nos quedábamos a descansar y planear nuestro siguiente destino a un costado de ella, bajo la gran sombra de uno de los árboles sembrados en la escarpa de la casa de los Abdala, y en el que habíamos fincado una de nuestras guaridas).

Termine el lector la lectura de los párrafos anteriores con un Fade Out del vals de Juventino Rosas. Continuamos..

Antes de bajar de la camioneta, por cortesía con mi esposo, tomo el ramo y me encamino (imagine el lector el cuadro: la señora caminando con ramo en mano haciendo ademanes de pasarela de Señorita Juventud para despedirse de la glorieta); al llegar a la glorieta me llaman la atención las vallas metálicas rodeándola y custodiada por los que parecían trabajadores de la obra y del ayuntamiento. Detrás de las vallas, una enorme máquina destructora parada y arriba de ella, sentadas o acostadas personas -incluyendo niños-, más gente parada, sentada o acostada en el césped de la fuente. Había gente de pie también dentro y alrededor de la circunferencia marcada por las vallas y la fuente y, otro grupo de personas debajo del árbol más grande situado frente a Burger King (sic), una de ellas hablando por micrófono (Inexplicable párrafo: Vallas, gente y Burguer King. Tengo el presentimiento que trató de describir al contexto de lugar). Entonces veo llegar a mi hermana (asume que todos los lectores saben quien es su hermana) y se dirige hacia el micrófono. Yo, sin impedimento alguno, cruzo la calle y me ubico en la orilla del césped de la fuente de frente a mi hermana para escuchar lo que iba a decir. Apenas había tomado el micrófono, veo entrar por atrás y a la derecha de ella un grupo de "hombres" grandotes, con camiseta blanca y corte de cabello corto estilo policías de élite (¡¡ZAZ!! la moda en los cortes de los policías de élite. Si alguien puede por favor explicarme como llevan estos agentes el cabello, para poder distinguir a los policías de élite cuando yo vea a uno), uno de ellos con manoplas, otro con un bate, directo como por mandato a golpearla y a las personas reunidas junto a ella también. Se oyen los gritos de los golpeadores "fuera" e "Ivone". La gente corre asustada, veo unas botellas de vidrio que caen sobre esa gente, a mi hermana la sacan cubriéndola por dos de sus colaboradores y otros más, mientras la sacaban, recibían golpes en la espalda baja (riñones) (era importante explicar que en la espalda baja están los riñones y no las nalgas) y en la cabeza. Noto que ya son muchos más los golpeadores, ya los hay vestidos con camisetas diferentes, algunos con gorras y tatuajes, éstos parecen grupos de pandillas o vándalos (Note usted, lector avezado, el uso del estereotipo: el tatuaje es el símbolo de todo pandillero. Tengo la impresión que por mis piercings, la dama que escribe este artículo me tildaría de vándalo y golpeador en potencia). Ya hay golpeadoras también, todos y todas se distinguen fácilmente de las que se encontraban pacíficamente, porque atacan a uno en grupo, con saña, con violencia extrema y por sus gritos e insultos (y porque usaban gorras, tatuajes y cortes de cabello de policías de élite), mientras los ciudadanos manifestantes pacíficos gritan "paz" y nunca agreden ni para defenderse.
Permanezco horrorizada, atónita, petrificada (!!Wake Up, Wake up!!...por cierto, aquí comencé a preguntarme: ¿y el esposo?, ¿sentado tranquilamente en Trotter's?, ¿Qué fue de él? confieso que aquí me preocupé por su destino y por el futuro del matrimonio de la escritora.), pero reacciono porque entre la bola de los golpeadores veo a un joven en el suelo ensangrentado, al que si seguían golpeando iban a matar entre varios sin piedad; me meto entre ellos, me les paro de frente con las piernas separadas, los brazos en alto, ramo en mano izquierda y les grito sin poderlo evitar improperios (No bueno, de risa la descripción: la señora esgrimiendo el ramo cual mazo, era muy importante la posición de las piernas para adquirir una actitud amenazante. Hubiese sido divertido leer cuales fueron los "improperios" que, evidentemente, no puede repetir por aquello de la "educación"), los reto a que me peguen en vez de a los jóvenes. Dos señoras se me unen tomándome las manos, se me cruza el pensamiento de que al gritar "paz" (tal vez por lo incongruente que desde su anuncio me pareció ese nombre) pudiera parecer que estamos a favor de la "Glorieta de la paz" (¿What?). Entonces, por un momento grito "el pueblo unido jamás será vencido" (¡YES¡ el SME en pleno se apoderó del espíritu de la escritora en ese momento); en eso, dos colaboradores de mi hermana me retiran para no ser herida. Los convenzo de no retirarme por completo y me quedo parada en la fuente pidiendo desesperada la ayuda a las "autoridades" que nunca llegó. Fueron cerca de 45 minutos que todavía hoy y a diario revivo en mis pesadillas (Cliché automático).
Convencida de que aun una lamentable experiencia negativa casual tiene una causa positiva (O sea: no hay mal que por bien no venga), espero que mi testimonio sea uno más de los que sirva para que esta bárbara represión social cometida en contra de ciudadanos en un "estado de derecho" -entendiéndose éstos por vecinos, empresarios, trabajadores, profesionales, estudiantes, representantes de asociaciones civiles, representantes de partidos y funcionarios públicos, que protestaban pacíficamente en contra del paso deprimido- (valió madres entonces aquello de que el Estado de Derecho es el Imperio de la Ley) no quede impune y se guarde en la memoria histórica de nuestra querida Ciudad Blanca el 4 de julio de 2011 como nuestro tristemente célebre "Rojos amanecer y mediodía" (Comparemos desproporcionadamente el evento con el 68, pero claro cuando se desconoce la historia surgen estas desproporciones. Por cierto: ¿y el esposo?).

Es una pena que artículos como el anterior, aparezcan en la página editorial de un medio de comunicación que pretende ser líder en la región. También me parece que contribuye a convertir un hecho lamentable en un asunto que lleva a la guasa por la baja calidad de la argumentación. Se trata de una charla coloquial llevada - sin rigor periodístico alguno - a las páginas de un periódico que es muy profesional en muchas otras cosas, pero que llena la página de opinión de su sección local de una pobreza argumentativa que debería preocupar a quienes coordinan dicho espacio. Artículos como el de la señora Zavala Peniche no ayudan a que se mantenga vigente en términos noticiosos el lamentable evento del 4 de julio, por el contrario contribuyen a que crezca la indiferencia, algo que termina beneficiando a la alcaldesa y a quienes apoyan la construcción de obra.
Una pena...

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......

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