jueves, septiembre 29, 2011

Del Derecho a Decidir...

Seven Readers!!...

Después de conocer la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en relación a las reformas constitucionales anti aborto en San Luis Potosí y Baja California, seguramente vendrán muchas reflexiones en torno al tema. Se hablará por supuesto de los alcances legales que tienen la reforma, de la violación que éstas significan a los derechos de las mujeres y por supuesto - desde el punto de vista de los conservadores - se hablará de una "victoria" de la vida.
Cada quien tendrá la libertad de formarse una opinión sobre el tema. Lo hará con base en los principios, creencias - o la ausencia de ellas - y certezas que cada quien posea. La opinión se formará de manera individual y - en la mayoría de los casos - sin que nadie tenga injerencia en lo que cada uno de nosotros llevaremos en nuestras mentes sobre el tema. Tenemos el derecho a tener una opinión y nadie no los puede quitar...hasta ahora. La decisión de la corte tiene precisamente que ver con ese derecho: con el derecho de los individuos a actuar y a pensar conforme a su propia voluntad. 
El derecho a decidir - sobre este o cualquier otro tema - es un derecho que asusta terriblemente a los grupos conservadores. Su crecimiento implica siempre una evolución, una liberación, y por consiguiente en empoderamiento del individuo. Por lo tanto, si el derecho a decidir, si la libertad individual crecen, los grupos conservadores como las iglesias, pierden terreno. Lo hacen porque ellos sustentan su existencia no en la libertad individual sino en el dominio de la misma, en la pérdida de la capacidad individual de decisión. 
Por ejemplo en las iglesias - cualquiera que éstas sean - la voluntad está regida por una autoridad. Uno tiene que seguir lo que Obispos, Pastores o Rabinos indiquen porque ellos son los personajes que representan a la "voluntad de Dios". Sus decisiones son incuestionables porque son simplemente producto de una verdad dogmática que es incuestionable. Quien lo hace - haciendo ejercicio de su libre albedrío - es reprimido y - en muchos casos - "disciplinado" por su falta de sumisión a la autoridad. Las iglesias, o cualquier otro grupo conservador tienen en la negación de la capacidad de decisión a su mayor fortaleza. Por eso les asusta un tema como la libertad de la mujer de decidir por si misma sobre su propio cuerpo. Por ello las estigmatizan como pecadoras y culpables: porque son personas que se atreven a cuestionar a los fundamentos mismos de la autoridad dogmática.




Ese es - estimados Seven Readers - el fondo de todo este asunto y por eso muchos apoyamos al derecho a decidir. Porque ese derecho es la representación máxima del reconocimiento que tiene el individuo como ser pensante, inteligente y capaz de tomar sus propias decisiones. Y hoy - con el voto de 4 ministros - ese derecho que tendría que estar garantizado y protegido por todas las leyes ha sido violentado y se encuentra en riesgo.
El propio presidente Felipe Calderón ha contribuído con el proceso para ir debilitando nuestro derecho a decidir. Su petición para que el Senado retire la declaración del Pacto de San José según el cual México puede legislar excepciones en la protección del derecho a la vida, es una muestra de que Calderón (por razones evidentemente electorales) se ha alineado con quienes pretenden vulnerar nuestra capacidad individual de razonar y de pensar como individuos.
Debo añadir algo más. La Academia Mexicana de Ciencias hizo una declaración ante la ofensiva antibortista de los últimos meses, particularmente ante la aprobación que han hecho 18 estados de leyes antiaborto en los últimos años, pues para los científicos mexicanos estas leyes representan:

"...en lo científico, una incompatibilidad flagrante entre el concepto moderno, multifacético y complejo de lo que es un ser humano y la simplista, arbitraria y poco informada definición de vida humana".

Tiene razón la Academia de Ciencias: hasta ahora es muy complicado definir cuando empieza la vida. Decir que esta inicia al momento de la concepción, constituye un acto arbitrario producto no de un razonamiento científico sino de uno dogmático. 
Pero me parece que esa interpretación también puede aplicarse al derecho a decidir. Los seres humanos somos producto de ese multifacético y moderno concepto. Cada uno de nosotros es completamente diferente al otro, sentimos, hablamos, pensamos de manera diferente y actuamos precisamente con base en esa compleja individualidad. La pretensión de imponernos un criterio en un tema en el que la ciencia misma no ha podido ponerse del todo de acuerdo, resulta ante una violación a ese derecho y una violación a los principios básicos de la democracia y del Estado laico.
Eso es lo que estuvo en juego en la corte en los últimos días - fue plenamente entendido por 7 ministros que votaron a favor de nuestro derecho a decidir - y parece ser que es lo que estará en juego en el tiempo por venir. 
Porque ahora quienes son temerosos de nuestra capacidad de decisión han recibido una inyección de nuevos bríos. No duden que se aprueben más leyes anti aborto en otros Estados y que poco a poco se construya un cerco alrededor del DF - único lugar del país en el que el aborto antes de las 12 semanas es legal - con la intención de implantar de nuevo un criterio retrógrada respecto al tema en la Capital del País.
Vendrá una lucha determinante, una lucha por nuestra libertad individual. No ha ganado el triunfo de una legislación por la vida, sino ha sido el triunfo de una restricción para vivir una vida en libertad.

Así las cosas hoy jueves......

Salud pues...

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