martes, enero 29, 2013

De un Cuento...

Seven Readers!!...

Hace un par de años escribí esta historia a manera de guión para un programa de radio. Ahora la he transformado en un pequeño cuento. Forma parte de una serie que espero editar algún día y tiene como base una anécdota que leí en algún sitio de internet. Lo comparto con ustedes...espero le disfruten.



La Cabeza Enterrada de Alfred Hitchcok



Era una noche fría de Otoño. Clark Gable miraba por la ventana. Afuera apenas se escuchaba el leve silbido del viento. Parecía que los sonidos de la noche se habían perdido en la densa obscuridad. Gable miró hacía el interior de su semivacío vaso de whisky, sonrió, volteó hacía el interior de la habitación en la que se encontraba. Practicamente escondidas por la luz de las velas dos figuras lo miraban. Su esposa, la bellísima Carole Lombard, le veía con admiración y con esa natural sensualidad que poseía en la mirada y que se le expandía hacía todo el cuerpo. Su hermoso cabello rubio caía sobre los hombros y parecía iluminarse mientras se llevaba el cigarro a los labios.
Junto a ella, la rechoncha figura de Alfred Hitchcock le miraba divertido. Levantaba una ceja sobre la otra, estudiando cada movimiento de Gable mientras apretaba la pipa con los dientes.
Gable bajó la mirada y sonrió.
-       Entonces Alfred –  dijo - ¿que hacemos con el regalo?
Hitchcock bajó la mirada hacía el asiento vacío del sofá. Ahí acarició un objeto redondo envuelto en un sucio pañuelo rojo de seda, al mismo tiempo que  algo parecido a una carcajada salió de su garganta.
Lombard miró también al envoltorio y torció el gesto, algo en el le incomodaba. Hitchcock notó la incomodidad de la actriz y sonrió de nuevo. Gable tomó el objeto entre sus manos, lo levantó y lo descubrió: era la cabeza reducida de un hombre. Un regalo que le había hecho Vincent Price.
Vincent Price era aficionado a coleccionar objetos extraños y relacionados con el ocultismo. Una de sus más preciadas colecciones era la de cabezas reducidas que había adquirido en sus viajes a Australia y Sudamérica.
 Solía regalar esos objetos a sus amigos más queridos o a sus más acérrimos enemigos, muchas veces a manera de broma, otras como una advertencia. En una cena en casa de los Gable, el siniestro personaje se presentó con aquel envoltorio rojo de seda entre las manos, dijo  que era un regalo especial para Carole Lombard. Con una enigmática sonrisa, Price se inclinó para entregarle el regalo. Lombard lo tomó con cierto recelo y un grito se le escapó cuando vio a la cabeza reducida. Clark Gable rió de buena gana con la ocurrencia del actor de cintas de terror, tomó el pequeño cráneo, le puso sobre una mesa e invitó a todos un trago.
Esa noche, ya en su habitación, Lombard no podía dejar de pensar en la reducida cabeza humana que se había quedado en su sala. Inquieta al máximo despertó a Gable quien de mala gana accedió a llevarse de ahí al objeto. Tomó su Cadillac y manejó junto con Lombard hasta un cañón cercano a su casa. Ahí arrojaron la cabeza.
Durante el regreso, Carole Lombard se había puesto más inquieta. La conciencia le remordía con insistencia. Se habían deshecho de los restos de un ser humano y temió que las consecuencias de aquel acto pudieran ser aún peores que las que podría traer el haberla mantenido en su casa. Convenció de nuevo a  un evidentemente molesto Gable de ir por el objeto. Lo encontraron. Qué hacer con él, era lo que se preguntaron por varios minutos, hasta que los ojos de Clark Gable se iluminaron, con una sonrisa algo macabra se volteó para mirar a su esposa: "Hitchcok", fue lo que pronunció con una voz un tanto cavernosa.
Y ahí estaba la cabeza en las manos del director británico. Hitchcock había levantado los ojos con sorpresa cuando supo que una cabeza reducida estaba en su casa, y luego había celebrado de buena gana el hecho. 
Gable disfrutaba también de la escena. Miró a a Hitchcok y le dijo:
-       Te propongo algo Alfred – llévemos la cabeza y enterrémosla en el patio de tu casa, luego organizaremos una fiesta y jugaremos a encontrarla.
Alfred Hitchcok levantó profundamente las cejas y volvió a sonreír. En menos de un minuto ya había ido hacía el diván de la masón, para salir del mismo con dos linternas de gas y un par de palas.
Los tres personajes se internaron en la noche. Gable con su andar seguro y decidido, Lombard aterrorizada y colgada del brazo de su esposo y un poco más atrás Hitchcok caminaba feliz y disfrutando del momento. Llegaron hasta un punto del enorme patio de héctarea y media que poseía Hitchcok. Cavaron y enterraron la cabeza. Regresaron a la sala de la casa del cineasta en donde divertidos planearon la fiesta en la que a quien exhumara la cabeza le entregarían 100 mil dólares.
El día de la fiesta llegó.  Muchas celebridades habían acudido a la llamada fiesta de Exhumación de Hitchcok y Gable. Ahí estaban: Humphrey Bogart y Lauren Bacall, Orson Welles, Howard Hawkes, Rita Hayworth, Cary Grant, Jhon Wayne y Katherine Hepburn, entre otras celebridades. Todos armados con palas y linternas dispuestos a ganar los 100 mil dólares al encontrar la cabeza de Hitchcock. La noche era oscura y nublada y el viento olía a lluvia.
Hitchcok y Gable dieron la señal y todos salieron a escarbar para tratar de encontrar la cabeza enterrada. Al cabo de unas horas se rindieron. Habían hecho varios agujeros casi por todo el patio y la cabeza no había sido hallada. Gable y Hitchcok se miraban entre divertidos y extrañados. Ellos habían olvidado donde habían enterrado la cabeza, pero estaban seguros que no podía haber estado tan lejos, pero de manera misteriosa el objeto se había desvanecido. Los asistentes se miraron extrañados entre ellos. Algunos incluso comenzaron a esgrimir alucinadas teorías acerca del inusual suceso, mientras John Wayne desenfundó un revólver y amenazo con acribillar a todos si se trataba de un engaño.
Antes de que el alboroto se hiciera más grande Gable pidió una disculpa y todos se retiraron a beber y a seguir con la fiesta. Mientras se marchaban Hitchcok miró hacía la oscuridad. Estaba fascinado con la idea de que en su casa existiese un misterio, uno que envolvía a una cabeza humana que desapareció en extrañas circunstancias en las entrañas de la tierra. Antes de retirarse esgrimió una enigmática sonrisa, levantó la cabeza arqueando las cejas, se arregló el saco, prendió su pipa y  se unió a la fiesta.
Nadie notó entonces que desde las sombras una figura extraña emergió. Llevaba entre las manos un objeto envuelto en un pañuelo de seda rojo. Caminó con sigilo hasta la puerta de la casa de Hitchcok y soltó una macabra carcajada. Era Vincent Price, quien unas horas antes había llegado al lugar, encontrando la cabeza y la había desenterrado para luego volver a tapar la tierra con sumo cuidado y delicadeza. ¿Cómo la encontró? Tal vez nadie tendría una explicación a eso. Price miró a su tesoro y brincó de alegría: él también estaba feliz de que un nuevo misterio se había generado alrededor de su admirado Alfred Hitchcok.

Así las cosas hoy martes....
Salud Pues......

lunes, enero 21, 2013

De Cloud Atlas...

Seven Readers!!...

Una sinfonía es una pieza musical dividida en partes. Cada de una de ellas tiene diferentes variaciones, el compositor las une de tal manera que a pesar de sus diferencias se vayan sintiendo como parte de una sola obra, lo que es aún más evidente cuando los encargados de interpretar la pieza se van acercando al clímax de la misma y el sentido unitario de todos esos fragmentos es aún más evidente. Creo que nunca he visto una película que se acerque más a la definición de Sinfonía que Cloud Atlas. Una pieza audiovisual cuya narrativa fragmentada me hizo pensar en las grandes obras sinfónicas de todos los tiempos.
Y como toda sinfonía la película tiene motivos que son los que van detonar a las diversas historias que la conforman: La revolución como constante, la producción literaria o audiovisual como un testimonio de la misma y el poder del amor para ser el factor de cambio. Estos tres ejes temáticos estarán siempre presentes en cada de una de las historias y serán precisamente las que ayudarán a tejer a toda la obra: la revolución está presente en el abogado esclavista cuyo encuentro fortuito con un esclavo le llevará a replantearse toda su concepción del mundo; está en la "fabricante" hecha simplemente para servir a un mundo lleno de consumo y cuyo despertar a la realidad también será revolucionario; la producción literaria está presente en las cartas que un joven compositor le envía a su amante para contarle sobre su ascenso y caída; está en el libro que contará la historia de un viejo publicista y en la película que sobre el mismo generará una revolución en el futuro; está en el mensaje que verá uno de los últimos sobrevivientes de la tierra y que terminará con casi todo su sistema de creencias. Y evidentemente está el poder del amor, que mueve a todos y a cada uno de los personajes para elegir su destino, el cimiento principal de Cloud Atlas es: el amor es el sentimiento más revolucionario que existe, aquel que genera cambio, que genera evolución.



Lana y Andy Wachowsky y Tom Tykwer construyen una obra que aprovecha uno de los elementos fundamentales del lenguaje cinematográfico para ir tejiendo su historia: el montaje. El trabajo de Alexander Berner tiene una enorme virtud: el uso del montaje paralelo en un sentido extremadamente clásico, pero - quizá de manera paradójica - es precisamente el apego a los cánones primigenios del montaje lo que la convierte en un producto completamente alejado de las actuales tendencias que surgen de los cuartos de edición de la mayoría de los productos del cine comercial. El uso de objetos como puertas o los rostros de los personajes como elementos de transición de un tiempo a otro es extraordinario. A eso hay que añadir los excepcionales trabajos de dirección de arte, vestuario y maquillaje. Y por supuesto los enormes trabajos actores de Tom Hanks, Jim Sturgess, Jim Broadbent, Doona Bae y James D'Arcy, talentos que entienden perfectamente el desarrollo dramático de sus personajes, la evolución que los mismos sufren en las diferentes etapas que la película abarca.




Es posible que siendo extremadamente quisquilloso uno pueda encontrar ciertos desniveles en términos tanto dramáticos como narrativos en algunas de las historias presentadas en Cloud Atlas. Pero a pesar de eso es innegable que estamos ante un trabajo cuyo mayor mérito es que uno no puede permanecer indiferente ante ella. Para muchos quizá se trate de un filme en extremo pretencioso, para otros tal vez se esté ante una película que aprovecha como pocas los elementos del lenguaje cinematográfico para construir una gran obra. Creo que me encuentro entre el segundo grupo. Cloud Atlas es un filme que enaltece las funciones narrativas, artísticas y de reflexión que posee el cine. Es un viaje asombroso por el pasado, el presente y lo que imaginamos como el futuro. Pocas películas pueden ofrecer una travesía similar. Al final me quedo con el espíritu revolucionario del filme plasmado en esa utópica pero hermosa idea  de que la revolución solo se obtiene si se hace a través del arte y con el triunfo del amor como su primordial y último objetivo.

Un logro...

Así las cosas hoy lunes...

Salud pues......






martes, enero 15, 2013

De la Resaca del Globo de Oro...

Seven Readers!!...

Fue una de esas noches que a Hollywood le encantan. Tuvo sorpresas, polémica, momentos memorables y muchas estrellas. El Globo de Oro 2013 ha sido ceremonia divertida, tal vez la que más lo ha sido en los últimos años. 
Es posible que todo haya comenzado con el enorme acierto de poner a Tina Fey y Amy Poehler a conducir el evento. Mujeres al extremo talentosas, desparpajadas y divertidas que le brindaron a la ceremonia de belleza, humor e inteligencia. La química existente entre ambas fue notoria y es evidente que son personajes a las que la comunidad hollywoodense admira y respeta, por lo que todo mundo se sintió cómodo y fue partícipe de sus bromas. 



A partir de entonces todo devino como no estaba previsto, por lo menos no en todos los casos o categorías.

Televisión...

El guión no auguraba sorpresas en la categoría de mejor drama televisivo. A pesar de que The Newsroom es  un drama excepcional, nada le iba a quitar el premio a Homeland. Los triunfos de Claire Danes y Damien Lewis en las categorías protagónicas del apartado dramático, simplemente despejaron cualquier  tipo de duda. Y si, Homeland es una obra maestra, el tema es que la televisión de nuestros días está llena de ellas. Creo que a la serie escrita por Aaron Sorkin no le ayudó el hecho de estar en su primer año de competencia, pero yo no tengo duda alguna de que ha sido la mejor del año. Hubo una gran ausente: Game of Thrones y Mad Men ha dejado de ser la favorita de la crítica.
En la categoría de comedia terminó el reinado de Modern Family. Confieso que no he visto Girls,  confieso que no se me antoja y confieso que tendré que hacerlo simplemente para saber de que va; pero por las reacciones generadas el día de ayer - algunas alabando a la serie, otras detestándola - es posible que estemos ante un fenómeno similar al de Glee, es decir un programa que es celebrado durante su primera temporada y que, en temporadas posteriores, su verdadero rostro queda en evidencia alejándola de todas las entregas de premios. 




Cine...

Todo parece indicar que Los Miserables es una gran película y que arrasará con todos los premios que se le pongan enfrente en la temporada. El talento reunido en el filme es increíble y los Globos a Hugh Jackman y Anne Hathaway lo confirman. En realidad tienen un gran cimiento para trabajar. El libreto teatral de Herbert Kretzmer y la música de Claude- Michael Schönberg, Alain Boubil y Jean-Marc Natel conforman una pieza exquisita y cuyas posibilidades cinematográficas son increíbles. Es posible que estemos ante un clásico instantáneo.
En el terreno del Drama es en donde se ha dado la mayor de las sorpresas. Ignorada por el Oscar, Argo ha ganado como mejor película y Ben Affleck se ha llevado el premio como mejor director. ¿Es Argo la mejor del año? No. Competía con filmes cuyos méritos artísticos e innovadores, además de actuaciones y libreto, los convierten en algo muy superior a la cinta de Affleck. ¿Qué sucedió entonces? que los Globos de Oro estaban decididos a terminar con ese cliché que los definía como "la antesala del Oscar". El triunfo de Argo es un desafío a la Academia y busca ubicar a la entrega de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood al nivel del Oscar. En realidad en términos de cobertura y resonancia ya practicamente lo están. El hecho de que la entrega sea más "televisiva"y cálida que la del Oscar le brinda una ventaja. Se trata pues de una declaración de guerra en la que estarán involucrados cualquier cantidad de intereses, los artísticos incluidos.



Jodie...

Y no hubo momento más hermoso, político, desafiante y emotivo que el protagonizado por Jodie Foster. Al recibir el premio Cecil B. De Mille, la talentosa actriz, productora y directora brindó un discurso lleno de la belleza que surge cuando una mujer habla con firmeza e inteligencia.



Foster reflejó su profundo agradecimiento a la profesión que realiza y al mismo tiempo realizó una apasionada defensa al derecho a tener una vida privada. Después desnudó sus emociones al agradecer a su familia, amigos y compañeros por el apoyo recibido durante 47 años de carrera. Las cámaras presentes en el salón en el que se llevaba a cabo la ceremonia mostraron inmediatamente a un público embelesado y emocionado como en pocas ocasiones se ve en un evento de esta naturaleza. Y es que lo expresado por Jodie Foster se convirtió en un poderoso alegato en defensa de la intimidad a la que todo ser humano tiene derecho.




Termina así la primera gran entrega de la temporada de premios hollywoodense. Vamos a ver que nos dicen los SAG Awards, los Independent Spirit y sobre todo como reacciona el Oscar ante el gran espectáculo que nos han brindado los Globos de Oro 2013.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......


jueves, enero 03, 2013

De Sobrevivir al 2013...

Seven Readers!!...

Aquí estamos, tercer capítulo del 2013 y no se a ustedes, pero a éste bloguero el principio de año le ha costado un enorme trabajo. La desvelada del 31 de diciembre me sigue pasando la factura 3 días después, al grado que estoy pensando muy seriamente que el próximo año - si aún sigo por estos planetarios lares - lo recibiré junto al buen amigo Morfeo. Bien dice aquel dicho que no es lo mismo los tres mosqueteros que 20 años después, o, en este particular caso: 20 años multiplicados por 2. 
En realidad el 2013 no promete ser un año tan espectacular y movido como lo fue 2012 al momento de su llegada. El año pasado a estas alturas del partido todos pensábamos en lo que sucedería durante el proceso electoral en México, si Barack Obama iba a ser reelecto, teníamos la ilusión de ver que pasaría en Londres durante los Juegos Olímpicos, en la Eurocopa de Naciones y, por supuesto, nos aprestábamos a burlarnos de los agoreros del fin del mundo. En cambio el año que recién ha comenzado viene con una agenda bastante pobre en términos políticos, económicos y sociales, por lo que teóricamente debe ser un año sin sobresaltos...debe...veremos que sorpresas nos traerá el año que recién comienza, quizá eso pueda hacerlo aún más interesante que el anterior.

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Hace unos días alguien compartió esta imagen en Facebook...



La encontré fascinante. 
En realidad las felicitaciones en año nuevo responden tanto a convencionalismos sociales, como a un genuino deseo de que a la gente le vaya bien en el ciclo que comienza, pero evidentemente nadie puede garantizar que así sea. Es más, estoy convencido que si en lugar de felicidad nos preparáramos para recibir buenas cantidades de realidad, el nuevo año podría entonces convertirse en algo absolutamente memorable. 
Entiendo que todos busquemos la felicidad, que nuestras energías se concentren al máximo en obtenerla, pero tal vez nos esforzamos tanto que al final terminamos ahogados en un mar de tristeza y frustración al término de 365 días. La felicidad, me parece, no debe ser una meta sino una consecuencia de una serie de acciones y factores que dependen no solamente de nosotros sino de todo el contexto en el que nos movemos. Por ello creo que el cartón tiene tanta razón al decir que "Feliz año Nuevo" es un deseo vacío e irrealizable. En cambio la supervivencia es en general el único objetivo que todos traemos con nosotros desde que llegamos al planeta, si aún estamos aquí es porque algo hemos hecho más o menos bien para lograrlo. Y en este mundo tan complejo, tan duro, tan lleno de sinsabores, el sobrevivir es el único milagro real y palpable con el que podemos tener contacto. Así que el desearle a alguien que sobreviva durante el nuevo año, es sin duda un deseo real y de verdadera empatía hacía nuestros seres queridos o aquellos con los que se convive diariamente.

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Mucha gente se traza objetivos a corto, mediano o largo plazo en sus vidas. El comienzo de un nuevo ciclo suele ser un buen momento para replantearse algunos o para generar nuevos. La mayoría de éstas metas tienen que ver con el bienestar personal: bajar de peso, comer saludable, viajar, tener un mejor empleo, hacer ejercicio, ser exitoso en lo que se hace, etc. Eso está muy bien, uno siempre debe pensar en cambiar aquellas cosas en las que se ha fallado y siempre debe de pensar en el crecimiento personal, pero por otro lado no dejo de pensar en que se tratan de deseos que traen una fuerte carga egoísta consigo.
No voy a negar que también he caído en esa idea de hacerme objetivos al principio de año, pero he sido muy malo para llevarlos a cabo. No soy una persona que se trace metas a mediano y largo plazo, sino que generalmente voy viviendo al día tratando de hacerlo lo mejor que pueda. Eso me ha funcionado, aunque finalmente he comprendido que no toda la vida se puede ser así, sino que hay etapas en las que se debe comenzar a planificar para el futuro. Supongo que he llegado a una de ellas.
Pero más allá de los típicos proyectos que se vienen a la mente cuando se deciden dibujar metas en la vida, éste año lo único que me plantearé como objetivo para el mismo es ayudar a quienes me rodean a que tengan una feliz supervivencia, ¿la razón?: como expliqué líneas arriba soy parte de ese contexto que hace que los demás puedan ser un poquito más felices y si uno contribuye a mejorarlo, estoy seguro que las cosas que uno quiere y desea llegarán por añadidura, al mismo tiempo será más sencillo el lograr y cumplir los planes que se comiencen a proyectar para el futuro.

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Así que ha iniciado el 2013. En 362 días estaremos haciendo el recuento de las alegrías y tristezas que el año trajo consigo, de los acontecimientos memorables, de los triunfos y fracasos tanto colectivos como personales. Declarar que será un gran año es una enorme y absoluta falacia. En cambio decir que haremos todo lo posible para sobrevivir al mismo me parece algo más cercano a nuestra realidad. Será complicado, si, pero quizá la clave para lograrlo será ser menos egoístas y más solidarios, aún en nuestras expectativas, deseos y sueños.

Feliz Supervivencia.

Así las cosas hoy jueves...

Salud pues.....