viernes, mayo 23, 2014

De Los Insólitos Peces Gato...

Seven Readers!!...


We’re just two lost souls swimming in a fish bowl, year after year

En Wish You Were Here, Pink Floyd decía que los seres humanos somos peces que damos vueltas una y otra vez en la misma pecera. Waters y Gilmour – los perpetradores de la canción – tal vez se referían a esos espacios pequeños y claustrofóbicos de las grandes ciudades, espacios en los que la existencia transcurre entre dosis de felicidad, tristeza, melancolía, vida y muerte.
En Los Insólitos Peces Gato, la directora Claudia Sainte –Luce va a utilizar la misma premisa para situar a su película. Los espacios de la misma serán pequeñas peceras en las que el azar genera el encuentro de personajes enfrentados al terror que suele estar implícito en las rutinas de la vida cotidiana. Los protagonistas del filme nadan en el interior de estas pequeñas jaulas encontrándose y tratando de hallar el apoyo necesario para enfrentar a fantasmas personales y colectivos que les acechan de manera constante.



Saint – Luce presenta a su personaje principal con gran manejo de la narrativa y las técnicas cinematográficas. Vemos a una joven mujer que vive en un cuarto extremo, con manías como la de separar los colores su cereal, las hormigas agradecen la comida y siguen a la chica mientras camina por las calles de la ciudad. Hasta ese momento no le hemos visto el rostro. Saint  - Luce, toma detalles de su persona: su cabello ensortijado, su lento y tortuoso caminar, su ropa informal. Se mueve entre pecera y pecera, solitaria e ignorada por el resto del mundo, hasta que un día el azar le juega una de sus cartas y un dolor abdominal se convertirá en una apendicitis que la lleva a la cama de un hospital público. Junto a ella, víctima de una recaída producida por el SIDA que padece, se encuentra una madre de familia rodeada de sus hijos. Es hasta entonces cuando el espectador sabrá que la joven se llama Claudia y también conocerá a Martha y a su familia de 4 hijos: Alejandra, de un poco más de veinte años quien ha asumido la misión de sustituir a la madre pero sus propias carencias emocionales e inmadurez no le permiten ser el pilar que su familia necesita. Wendy, una adolescente con problemas de sobrepeso y tendencias suicidas y Mariana y Armando, dos niños arrastrados por la tragedia que vive su familia y cuya infancia ha sido trastornada por la misma. Al salir del hospital Martha invita a comer a Claudia a su casa. Es a partir de ese momento en el que la solitaria chica se convertirá en el eje faltante de la familia que vive en esa pequeña pecera, su punto de vista también será el del espectador y junto a ella nos adentraremos a un tren de vida cotidiano, lleno de las pequeñas felicidades que hacen de la existencia algo llevadero, lleno de esas tragedias personales con las que los peces humanos tienen que lidiar todos los días, nadando de pecera en pecera, de una cotidianidad a otra, en medio de circunstancias tan normales que suelen ser realmente terribles.
El trabajo de casting es admirable. Las enormes capacidades histriónicas de Ximena Ayala (Claudia) se ponen de manifiesto al dar vida a un personaje casi catatónico, inmerso en una soledad apabullante y enfrentado accidentalmente a una circunstancia de vida que terminará por hacer suya. Las miradas de Ayala son inquisidoras, empáticas y tremendamente reveladoras. Camina con una inseguridad contagiosa, como si cada paso representara un movimiento más hacía arenas tan movedizas que inevitablemente se la terminarán tragando, aunque ello no necesariamente sea algo contraproducente pues, por el contrario, en el fondo de esas arenas tal vez termine finalmente encontrando ese sentido de pertenencia que tanto necesita. Lisa Owen (Martha) genera también una actuación memorable. Vive la tragedia de muchas mujeres que en este país han sido contagiadas por el SIDA debido a la promiscuidad de alguna de sus parejas. Ha terminado por aceptar su destino como algo irremediable aunque trata al máximo de no hacerlo evidente para sus hijos. Derrama la cotidianidad de una madre de familia de clase media, desesperada por encontrar la manera de hacer que sus hijos enfrenten a la vida y tengan éxito en ella incluso cuando lo inevitable suceda.



Los Insólitos Peces gato es una película sobre la vida cotidiana. Sobre una familia maravillosamente disfuncional, sobre una mujer que encontrará finalmente el lugar al que pertenece. Es una película que retrata con enorme honestidad y belleza a la simpleza y complejidad de las circunstancias a las que los seres humanos se enfrentan diariamente y al triunfo diario que muchas significa el terminar venciéndolas.
Un logro. 

No hay comentarios.: